domingo, 20 de junio de 2010

Romancero Viejo

  1. El romancero viejo. Llamamos Romancero viejo al inmenso conjunto de romances que se cantaban por los juglares y por el pueblo desde mediados o fines del siglo XIV, y a lo largo de todo el siglo XV. Es una poesía detradición oral y de carácter narrativo, regida por las dos fuerzas que rigen la poesía popular: la conservación y la renovación.
    • La conservación permite que un texto perdure en la memoria colectiva durante años (y aun siglos), pasando de boca en boca sin cambios fundamentales.
    • Al mismo tiempo, existe también un deseo de renovar y mejorar lo que se posee, y esto da lugar a las variaciones que van remodelando los textos y cambiándolos poco o mucho. Les llamamos “versiones del mismo romance”.
  2. Conservación de los romances. La atención que, a partir del siglo XV , merece a los humanistas renacentistas la poesía popular como cercana al ideal del hombre primitivo, ha hecho que se conserven numerosos romances. Estos nos han llegado por varios caminos:
    • cancioneros manuscritos, como el famoso Cancionero musical de Palacio (finales del s. XV), que conserva las canciones de la corte de los Reyes Católicos; contiene 38 romances.
    • antologías impresas, como el Cancionero general recopilado por Hernando del Castillo y publicado en 1511; entre sus muchos poemas, hay 48 romances; hubo muchas de estas antologías. También fue importante el Cancionero de Londres (1471-1500) que incluye tres textos significativos como fueron Rosaflorida, El conde Arnaldos y El caballero burlado.
    • romanceros, es decir, volúmenes formados exclusivamente por romances, como el famosísimo Cancionero de romances, publicado por el tipógrafo Martín Nucio, en Amberes, hacia 1547 que contiene 150 romances; fueron también muchos los romanceros que se publicaron después: El cancionero de 1550 (editado por el mismo Martín Nucio; laSilva de Zaragoza (1551). Según Di Stefano, “La difusión impresa del romancero antiguo en el siglo XVI” fueron 54 cancioneros y romanceros con un total de 104 ediciones. Sin embargo, El Romancero nuevodesplaza al viejo en el gusto del público e invade libros y pliegos. El gran auge del Romancero viejo, en lo que se refiere a su publicación masiva, termina hacia 1580.
    • pliegos sueltos; eran cuadernillos de ocho, dieciséis y hasta treinta y dos hojas, que se vendían por ferias y ciudades, a muy bajo precio; por su fragilidad, se han perdido en su mayor parte: hoy se conservan sólo unos doscientos cincuenta del siglo XVI, en diversas bibliotecas del mundo, que los guardan comoo objetos preciadísimos. El más antiguo de los conservados parece estar editado en Zaragoza en torno a 1506. Estos pliegos antiguos se conservan en algunas bibliotecas españolas (Biblioteca Nacional de Madrid) o extranjeras (Universidad de Praga, Universidad de Cracovia), así como en bibliotecas particulares.
    • la tradición oral moderna; en efecto, el pueblo continuaba hasta hace poco aún cantando romances; se han recogido en la península, en Canarias, en Hispanoamérica, entre los judíos sefardíes repartidos a lo largo del Mediterráneo y entre los hispanos en Estados Unidos.
  3. Origen de los romances. Los romances fueron originariamente fragmentos de de un cantar de gesta que el público hacía repetir al juglar, porque le gustaban especialmente, y que luego eran cantados como poemillas autónomos. Los versos del cantar que se fijaron en 16 sílabas rimando todos con una sola rima, se dividieron en versos de 8 sílabas y, por tanto, con rima en los pares quedando sueltos los impares.
    • Más tarde, esos fragmentos constituyeron un género aparte y los poetas compusieron centenares de romances inventados como tales, es decir, ya no desgajados de un cantar de gesta.
    • Los temas se ampliaron, e hicieron su entrada en el género, junto con los temas de las gestas antiguas (es decir, de los siglos XII, XIII y XIV) otros temas: hechos actuales de la Reconquista, asuntos novelescos, peripecias de los personajes épicos franceses, y hasta asuntos puramente líricos, bíblicos, religiosos, etc.
    • Tal es la tesis tradicionalista, sustentada por Ramón Menéndez Pidaly su escuela; según dicha tesis, habría continuida entre los cantares y los romances; de aquellos se habría pasado a estos, como eslabones de una misma cadena.
    • Frente a la tesis tradicionalista se ha alzado la tesis individualista. Sostiene que los romances fueron creados desde un principio como género independiente de los cantares de gesta. Parece que los romances a los que cabe atribuir fecha más antigua son líricos o novelescos, no épicos. El género surgió por una acto de invención de algún poeta, que obtuvo un éxito fulminante.
  4. Definición de romance: “un romance es una canción narrativa (…) A grandes rasgos se puede decir que se trata de una composición con un número indeterminado de versos de dieciséis sílabas (o de doce: romancillo) y rima asonante (monorrima) que relata con un estilo propio, una historia de interés general y que, por lo tanto, es retenida y repetida por una parte de aquellos que la oyen, difundiéndose así en el tiempo y en el espacio. Esta repetición no es estética, sino dinámica, ya que suele presentar cambios que dan lugar a una notable gama de variaciones en los diferentes textos de cada romance; la conciencia de que cada texto de un mismo romance puede tener diferencias respecto a otro similar, ha llevado a considerar cada uno de estos textos como versiones de un mismo romance” (Mercedes Díaz Roig, El romancero viejo).
  5. Función del romance:
    • El entretenimiento. La primera y más importante función del romance es narrar una historia interesante de una manera atractiva y fácilmente comprensiva para la comunidad. Para que esta historia sea apreciada tiene que ser verosímil y estar fincada en la realidad; también tiene que tratar temas del dominio público (incesto, adulterio, venganza, etc) o tratar de personajes o hechos conocidos (el Cid, las guerras de frontera, la muerte del hijo del rey, etc. (…) Pero el juglar también inventa y mucho desde personajes a hechos. El juglar, poeta al fin, borda sobre el cañamazo de la historia, mezcla ficción y realidad, falsea, quita, añade…
    • Función noticiera lo que significa dar a conocer hechos de la historia más o menos reciente, aunque no hay que entender que sean totalmente fieles a la realidad histórica, sino que utiliza la historia para bordar sobre ella y construir con más o menos dosis de fidelidad. El juglar utiliza la historia pero también inventa mucho: desde personajes a hechos. El juglar, poeta al fin y al cabo, mezcla ficción y realidad, falsea, añade, quita… La noticia y el cuento están muy relacionados pero predomina el segundo aspecto. La tradición oral va desgastando la parte histórica, y con el paso del tiempo los datos reales quedan como elementos aislados. Se pierden en general sus coordenadas históricas y queda en el terreno impreciso del pasado. Es de destacar, la conservación de topónimos que aparecen con frecuencia en los textos.
    • La función principal de los romances es el entretenimiento pero sirven también para acompañar las tareas del campo o del trabajo en grupo, en las romerías, en las peticiones de aguinaldo, en fiestas religiosas, como distracción durante las faenas domésticas, para entretener a los niños e incluso para arrullarlos.
  6. Clases de romances:
    • Históricos o noticieros: se refieren a hechos contemporáneos, generalmente tratan de sucesos correspondientes al siglo XV, aunque los hay anteriores. Una variedad de estos son los fronterizos, que abordan historias de la frontera entre los reinos musulmanes y cristianos.
    • Épicos: desarrollan temas propios de las canciones de gesta. Sus protagonistas pueden ser el Cid, los infantes de Lara, Fernán González… Una variedad son los carolingios que tienen como eje los personajes del ciclo de Carlomagno y Roldán.
    • Líricos o novelescos: suelen contar historias de amor, y en ellos tienen las mujeres un protagonismo fundamental. Recogen historias de leyendas medievales francesas y tienen gran calidad literaria
  7. Características del estilo de los romances:
    • Esencialidad e intensidad: se elimina todo lo secundario o superfluo para obtener la máxima expresividad.
    • Naturalidad: lenguaje sencillo y claro, que busca la comunicación con los oyentes.
    • Dramatismo: en muchos se utiliza el diálogo, que se mezcla con la narración, lo que les da gran viveza.
    • Intemporalidad: el uso de los tiempos verbales (especialmente el uso del pretérito imperfecto, los hace propios de cualquier tiempo histórico, y le añade una nota de irrealidad.
    • Fuente http://elromancero.wordpress.com/el-romancero-viejo/

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